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Cómo aliviar los dolores después del parto

¿Por qué se producen los dolores?

En esta etapa tu cuerpo comienza un nuevo proceso para recuperar su forma, restablecer su equilibrio hormonal y readaptar tu sistema sanguíneo para que vuelvas a la normalidad en pocos meses. Por ello es posible que durante las próximas semanas sientas molestias en la zona del bajo abdomen.

Para que no sientas estrés por este proceso, es esencial que conozcas qué tipos de dolores pueden presentarse a partir de ese momento. Ten en cuenta que estas molestias son normales y, algunas, necesarias para que tu cuerpo vaya recuperando su condición original.

Dolores en la zona abdominal

Los dolores en la zona abdominal son los más activos, ya que es la zona que más cambios ha experimentado durante tu embarazo. Tu suelo pélvico, se ha estirado para adaptarse al engrosamiento del útero y, por ello, tras el parto debe recuperar su tamaño, elasticidad y fuerza.

Los dolores y molestias más comunes de la zona abdominal son:

Dolores de entuerto

Es uno de los primeros dolores que se manifiestan después de dar a luz. Los “dolores de entuerto” son las contracciones posparto que realiza el útero y que tienen como objetivo limpiarlo de restos de placenta, líquido amniótico, coágulos, evitando así hemorragias o infecciones. A la vez, estas contracciones tienen la función de restaurar tu útero a su tamaño previo al embarazo. Son dolores intensos e intermitentes que se inician después del parto pero que van disminuyendo con el paso de los días.

Puedes aliviar los dolores de entuerto masajeándote lentamente el vientre entre los intervalos de dolor, aplicándote calor en el vientre con una almohadilla térmica, colocándote boja abajo con una almohada bajo el vientre. Es de mucha ayuda que orines con frecuencia porque la vejiga llena dificulta las contracciones uterinas.

Diástasis abdominal

Los músculos rectos abdominales son los músculos laterales del abdomen, esos que de forma cotidiana decimos que forman la “tableta de chocolate” de una persona. Estos músculos están unidos por un tejido fibroso conectivo y son los que nos permiten mantener el cuerpo erguido, ladearnos o flexionar el tronco.

A veces, puede suceder que, a consecuencia de un daño o debilitamiento del tejido que los une, se produzca una separación entre ambos músculos. A esta separación de los tejidos del abdomen se la denomina diástasis de rectos o diástasis abdominal. Esto puede pasarle a cualquiera, hombre o mujer, ya sea haciendo deporte, por un esfuerzo, etc.

Pero es muy común durante el embarazo, ya que el tejido se separa para dejar lugar al bebé. Después del parto es posible también que se produzca una rotura debido a las pujas. Un síntoma de diástasis abdominal es la aparición de bultos en el abdomen cuando intentas incorporarte o realizas algún esfuerzo.

Es necesario que realices una serie de ejercicios para trabajar tu postura y tu respiración. Lo más recomendable es ponerte en manos de un profesional quién te dará una rutina de ejercicios adaptados a tus necesidades y podrá realizar el seguimiento de tu recuperación.

Cuando los dolores después del parto sean muy persistentes, es recomendable acudir a tu médico o fisioterapeuta.

Dolores a consecuencia del parto

Dolores en el perineo

Posteriormente a dar a luz de forma natural, es probable que sientas inflamada la zona del perineo (zona desde los genitales al ano), debido al estiramiento al que se ha sometido para dar paso a tu bebé.

Después del parto te darán una compresa fría para ayudarte a reducir la hinchazón y calmar el dolor.

Dolores por la incisión de episiotomía o cesárea

Los puntos de la episiotomía y de la cesárea son causa de molestias. Tanto si te realizan una episiotomía como una cesárea, es muy posible que durante los primeros días sientas que los puntos de la cicatriz te limitarán los movimientos y te resulte doloroso sentarte o caminar. El dolor que sentirás será, más bien, un “tirón”. También, quizás te puedan producir dolor los puntos al toser o estornudar.

El dolor puede calmarse con compresas frías, pero habrá que esperar al paso de los días para que las heridas cicatricen. Sigue las recomendaciones que te hagan para el cuidado y la higiene de los puntos.

Dolores en las mamas

Las mamas sufren también un cambio, aumentan su tamaño, suben su temperatura y por ello, pueden causarte dolor previo a la subida de leche durante los primeros días.

Aprenderás rápidamente a evitar el dolor, solo bastará darle de mamar a tu bebé. Masajea con cuidados los pechos mientras tu bebé hace la toma para asegurarte un máximo vaciado.

Dolores en la zona lumbar y del coxis

Dolores en la zona lumbar

Es un área de tu cuerpo que ha tenido que soportar peso extra durante los meses de embarazo y que ha adquirido malos hábitos de posturas debidas a ello. Después de dar a luz, esta zona también necesita fortalecerse para que puedas levantar y sostener a tu bebé en brazos. Pero, hasta que el cuerpo se recupere puede que tu cuerpo se vea afectado por lumbalgias o dolores de ciática.

En primer lugar, es muy importante que prestes atención a tu cuerpo corrigiendo los malos hábitos posturalesevitando hacer sobreesfuerzos o cogiendo peso. Cuando el dolor aparezca puedes aplicarte calor con una almohadilla térmica.

Para evitar que los dolores sean recurrentes realiza estiramientos, te ayudarán a que las molestias disminuyan. Pero también puedes calmar la lumbalgia con unos ejercicios que, además te ayudarán a fortalecer tu espalda.

Dolores en la zona del coxis

Durante tu embarazo tu cuerpo aumentó la producción de la hormona encargada de darle tus articulaciones de la pelvis la laxitud que necesitan para separarse y permitir el paso de tu bebé por el canal de parto. Esta laxitud también afecta a la movilidad del coxis que debe desplazarse hacia atrás durante el parto.

Después de dar a luz puede suceder que el coxis no se recoloque adecuadamente, quedando desplazado lo que da origen al dolor. Otra causa de dolor en el coxis puede producirse por alguna contractura o luxación de los ligamentos que lo unen al sacro cuando pujas para que salga tu bebé. El dolor puede que lo sientas más cuando vas a defecar o cuando pasas mucho rato sentada o de pie.

Con un poco de descanso y reposo podrás aliviar el dolor. Intenta sentarte sobre un cojín, no lo hagas sobre una superficie dura porque acentuarás el malestar. Puedes aplicarte calor cuando el dolor está instaurado, te ayudará a relajar la zona. Pero si el dolor persiste durante varios días es conveniente que consultes con tu médico para que te indique un tratamiento adecuado.

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