Causas frecuentes del llanto incontrolable de tu bebé
El llanto causado por hambre. El llanto por hambre es el primero que aprenderás a identificar. Es el más frecuente y fácilmente reconocible por ser un llanto a intervalos cortos y acompañado con muecas de succión. Una vez que descubras sus signos sabrás anticiparte para darle de comer antes de que se dé lugar al estallido del llanto.
El llanto por sueño. Si tu bebé tiene sueño o le cuesta conciliarlo, su llanto será más fatigoso, más apagado que el llanto originado por sensación de hambre. Para evitar el llanto por sueño es recomendable que pongas a dormir e tu bebé en cuanto veas los primeros bostezos. Así evitarás que se inquiete y tenga ganas de llorar.
El llanto de tu bebé cuando no está cómodo. Cuando tu bebé tiene frío, calor, tiene los pañales sucios, entre otros motivos, te lo dirá llorando. Es esencial que, al abrazarlo, no haya un exceso de calor, ya que puede afectar al bienestar del bebé. Si detectas que la incomodidad viene dada porque necesita un cambio de pañal, es vital que lo hagas lo antes posible, porque le aportarás la comodidad que necesita, además de evitar una posible dermatitis.
El llanto por cólico. El llamado cólico del lactante es el llanto más temido por los padres. Es aquel llanto prolongado, agudo e intenso que, aunque se coja al bebé en brazos, no es posible calmar. Este fenómeno propio de las tres o cuatro primeras semanas de vida del recién nacido suele producirse entre la tarde y la noche, alrededor de unas tres veces a la semana y pueden durar al menos tres horas.
La causa más habitual del cólico del lactante es la “inmadurez” del intestino, el cual todavía no tiene un funcionamiento correcto, favoreciendo la acumulación de gases. Los cólicos son normales en esta etapa de la vida del bebé. Si bien es cierto que tener a tu bebé llorando inconsolablemente durante la tarde-noche puede agobiarte, ten en cuenta que es un proceso benigno, limitado y que en el 90% de los bebés desaparece a los pocos meses.
Qué hacer ante el llanto inconsolable
Ante todo, es esencial que cuides de tu propia tranquilidad. Es normal que los llantos incontrolables de tu bebé te afecten, y que te generen un estado de nervios. Sin embargo, las señales de ansiedad y agotamiento pueden ser percibidos por tu bebé, por lo que puede causarle un llanto más severo.
Especialmente si tu bebé está experimentando el dolor de los cólicos, es vital que recuerdes que tu bebé está bien y que solo expresa la molestia que le causa el cólico. Es un llanto pasajero, que acabará desapareciendo. No obstante, si quieres encontrar una manera de ayudar a tu bebé a sentirse más aliviado, puedes realizar las siguientes acciones:
- Acunarlo, mecerlo rítmicamente.
- Pasearlo en cochecito
- Masajearle el vientre, elevándole las piernas
- Colocarlo boca abajo sobre tu antebrazo y con la otra mano masajearle la espalda
- Bañando a tu bebé con agua tibia
Para esta etapa existen tratamientos de fisioterapia pediátrica que pueden ayudarte a solucionar las molestias del cólico del lactante en tu hijo. El tratamiento que se sigue en estos casos consiste en la realización de masajes y técnicas manuales sobre el vientre del bebé con una dirección determinada para favorecer la expulsión y el tránsito de los gases.
Durante los tres primeros meses de vida es normal que tu bebé tenga episodios de llanto inconsolable. De todas maneras, siempre puedes consultar a un profesional si te inquieta el llanto de tu hijo.
¿Cuándo es necesario empezar a preocuparse por el llanto?
Si bien hemos comentado los motivos del llanto del bebé más frecuentes, también puede surgir algún tipo de llanto que no venga originado por ninguna de las premisas expuestas. En las primeras semanas con tu bebé, puedes llegar a comprender sus reacciones poco a poco, de manera que puedas buscar su mayor comodidad.
No obstante, es común que los padres primerizos se sientan muy preocupados por no comprender las reacciones del bebé, y de qué manera pueden ayudar a su bebé. No es nada extraño que un bebé experimente molestias, al igual que no es extraño que cada vez más padres recurran a la fisioterapia para tratar las dolencias de su bebé.
En cualquier caso, si el llanto de tu bebé viene acompañado de fiebre, rechazo a la alimentación, vómitos o diarrea, es esencial que consultes a un médico pediatra, quien examinará a tu bebé en búsqueda de otros problemas de salud. También se recomienda recurrir a una fisioterapeuta si los padres se sienten preocupados por alguna característica en el cuerpo o actividad de su bebé.