1. ¿Cuál es la causa de la tortícolis en los bebés?
Durante las primeras semanas después del nacimiento de un bebé, es posible observar que el pequeño incline la cabeza hacia un lado. Esto puede deberse a lo que se conoce como tortícolis congénita, es decir, una lesión en el músculo que une el esternón con la cabeza y el cuello: el esternocleidomastoideo. Esta lesión puede haber sido provocada por una mala postura del bebé incluso antes de nacer, ya en el vientre de la madre, aunque también puede aparecer a causa de un parto complicado.
Lo más importante para tratar esta lesión es detectarla pronto, ya que en este caso se puede aliviar el problema sin ninguna secuela.
2. ¿Cómo saber si tu bebé tiene tortícolis congénita?
El primer síntoma de que tu bebé puede padecer tortícolis congénita es la inclinación de su cabeza hacia un lado, acercando su oreja a su hombro. Además, si durante el amamantamiento observas que el bebé solo quiere mamar de un lado es posible que no se encuentre cómodo con el otro a causa de la tortícolis.
No obstante, debes saber que, a diferencia de los adultos, la mayor parte de los bebés no sienten dolor a causa de la tortícolis. Eso sí, es recomendable visitar al médico para que examine al bebé y descarte otras patologías. El pediatra puede encontrar pequeños bultos en el cuello y realizar radiografías para asegurar al máximo el diagnóstico.
En algunos casos, la tortícolis congénita puede estar asociada a otras enfermedades como la displasia de cadera, así que es importante que el médico confirme o descarte esta posibilidad.
Lo recomendable es realizar una visita al médico para que realice un examen físico al bebé y descarte cualquier otra patología.
3. ¿Qué consecuencias tiene para el bebé?
Si no se trata, la tortícolis congénita puede tener algunas consecuencias:
- Dificultades para mamar de uno de los dos pechos, a causa de la incapacidad para girar la cabeza.
- Tendencia a dormir solamente de un lado por el aplanamiento de la cabeza, fenómeno llamado plagiocefalia postural. Esto no tiene ninguna influencia en el desarrollo neurológico del bebé, pero sí puede generar una asimetría visible en la cara.
- Puede ocasionar problemas visuales como miopías, estrabismo o hipermetropía.
- La asimetría facial a nivel mandibular puede causar problemas de mordida.
4. ¿Cómo se trata?
Una vez se diagnostica la tortícolis congénita, el pediatra indicará el seguimiento de un tratamiento fisioterapéutico, cuya duración variará en función de la evolución del propio bebé. En este sentido, es importante ser estricto con el cumplimiento de las consignas y recomendaciones del pediatra y el fisioterapeuta.
La recuperación se basará en ejercicios que ayuden al bebé a corregir su postura a través de movimientos que contraigan y estiren los músculos del cuello. Este es un proceso que debe estar supervisado por el fisioterapeuta para que sea verdaderamente efectivo y no se produzcan otras lesiones.
Además de los ejercicios, hay otros hábitos que pueden ayudar a nuestro bebé, como acostarlo boca arriba para dormir, incitarlo a girar la cabeza hacia el lado deseado con cosas que le llamen la atención o darle el pecho en el lado opuesto a la inclinación de la cabeza.
Además, durante el tratamiento, el fisioterapeuta puede utilizar técnicas como la masoterapia o la osteopatía pediátrica para relajar y descontracturar la musculatura del cuello del bebé, así como controlar el desarrollo normal de todas las funciones de su cuerpo, tanto del sistema respiratorio, cardiovascular, nervioso como de sus músculo, huesos, entre otros.También es probable que el fisioterapeuta quiera fortalecer a musculatura de la espalda del bebé para evitar problemas relacionados.