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¿Por qué tengo dolor en las espinillas al correr?

1. ¿En qué consiste el dolor de espinilla?

El dolor de espinillas también se conoce como periostitis tibial. Consiste en un dolor que se produce en la parte inferior frontal de la pierna, es decir, en la misma tibia. Esta dolencia es común en personas que practican deportes con una gran exigencia en el tronco inferior, como puede ser el atletismo, la gimnasia, el fútbol o el baile.

El esfuerzo constante a una alta intensidad puede provocar una inflamación de los músculos, tendones y tejido óseo de la tibia, lo que provoca una sobrecarga que causa un intenso y agudo dolor que puede prevalecer si no se trata correctamente.

2. ¿Cuáles son los síntomas periostitis tibial?

Los principales síntomas de la periostitis tibial son:

  • Dolor en la parte interna de la espinilla (tibia)
  • Dolor agudo o intenso en la espinilla
  • Leve hinchazón en la parte inferior de la pierna.
  • Dolor intermitente, especialmente durante la práctica deportiva.

Hay algunos factores de riesgo que merece la pena tener en cuenta para evitar el dolor en las espinillas.

Los síntomas mencionados anteriormente pueden hacerse patentes tras un esfuerzo continuado, nada más comenzar la actividad física e incluso después. Este dolor suele obligar al deportista a parar, pero si la lesión es más severa se puede traducir en una fractura por la sobrecarga.

El dolor de espinillas o periostitis tibial se produce más frecuentemente en deportes que exigen un alto rendimiento de la parte inferior de las piernas, como el atletismo, el fútbol, la gimnasia, el baile, etc.

3. ¿Cuáles son los factores que pueden desencadenar el dolor?

Los factores que pueden provocar una periostitis tibial son los siguientes:

  • Hacer deporte sobre superficies muy duras
  • Llevar calzado inapropiado
  • Tener pie plano o arcos rígidos
  • Correr sobre terrenos irregulares.
  • Aumento brusco de la exigencia del entrenamiento en duración, frecuencia o intensidad.

Si el problema no es muy grave, el dolor puede desaparecer a los pocos días con algo de reposo, pero si no la dolencia puede convertirse en una lesión crónica.

En una primera instancia, el dolor puede desaparecer suspendiendo la actividad por unos días, pero al cabo de un tiempo puede tornarse crónico.

4. ¿Cómo se puede prevenir el dolor?

Para evitar sufrir una periostitis tibial es necesario seguir una serie de hábitos:

  • Llevar calzado adecuado y adaptado al deporte que se realiza. Lo más importante es que las zapatillas tengan una buena amortiguación para absorber los impactos al correr, saltar, etc. y evitar que estos sobrecarguen la parte de la tibia
  • Corregir ciertos malos hábitos posturales y de movimiento al hacer deporte.
  • Evitar las superficies muy duras para hacer deporte.
  • Bajar la intensidad de la práctica deportiva o incluso detenerla si empieza a aparecer el dolor.
  • Evitar sobreesfuerzos y aumentos importantes en la intensidad, duración o exigencia de la práctica deportiva.
  • Reducir la exigencia sobre la pierna afectada en caso de empezar a sentir molestia.
  • Fortalecer los músculos de las piernas mediante ejercicios para ayudarles a soportar la exigencia a la que se les somete.
  • Calentar bien antes de hacer ejercicio y estirar después.

5. ¿Cómo se trata el dolor de espinilla?

Lo primero y más importante cuando se sufre dolor de espinilla es detener la actividad física y darle reposo al cuerpo. Se puede aliviar el dolor y reducir la inflamación aplicando frío en la zona afectada entre 15 y 20 minutos varias veces al día.

Si el dolor persiste a pesar del reposo, es esencial acudir a un fisioterapeuta especializado en lesiones deportivas para que analice el origen y el alcance de la lesión y pueda darte un diagnóstico completo y preciso.

A través de masajes en la musculatura que rodea la zona tibial se puede estirar y relajar los músculos, lo que ayuda a aliviar el dolor y a curar la dolencia. De hecho, los estiramientos son fundamentales para recuperarse de esta lesión. Tu fisioterapeuta puede enseñarte ejercicios que te ayuden a relajar los músculos y prevenir la reaparición del dolor. 

Por otro lado, tu fisioterapeuta estudiará cómo se produjo la lesión para evitar que vuelva a producirse a través de ejercicios que mejoren tu postura y tus movimientos naturales a la hora de hacer deporte.

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